El deporte antes nos unía, pero eso era quizás antes de este mundial. La FIFA no solo apoya autocracias como en el mundial pasado, ahora insiste en que demos por bueno el totalitarismo abiertamente contrario a los principios y valores occidentales. Es imposible que este mundial sirva para distendernos y hablemos solamente de fútbol, pues el acento estará en discutir sobre un régimen bárbaro.

Quizás esto solo sea para quienes pensamos que el hombre y su dignidad están por encima de todo, ello por cuanto corresponde a los Estados como a la ciudadanía defender los derechos humanos. Entendemos que el fundamento de los derechos humanos, además de permitir el desarrollo pleno y máximo de la capacidad y desarrollo de una persona, es de orden moral, ya que la violación de uno de esos derechos comprometen la moralidad del victimario (aunado a la responsabilidad internacional).

Esos derechos realzan la dignidad del ser humano, a partir de la libertad que se le reconoce como individuo. Esa relevancia se evidenció con posterioridad a las barbaridades que se cometieron en la Segunda Guerra Mundial. Ello permitió su reconocimiento internacional y su consagración en el derecho interno de cada país a través de la constitucionalización y positivización, de modo de evitar que se transgrediesen derechos inherentes a la condición de seres humanos.

Los derechos humanos son consustanciales a la democracia y contrarios a los totalitarismos que desprecian la libertad, pues “La filosofía de los derechos humanos, en cuanto prohija la libertad y los derechos, esboza una forma de organización política -o forma de Estado- que es la democracia (…) basada en el reconocimiento y respeto de la dignidad del hombre, a su libertad y a sus derechos (Bidart, 1989, p. 62).

En concreto, es obligación del Estado respetar y proteger a la persona, de modo que sea posible el pleno desarrollo de la personalidad distinta y diferente de otros individuos, la negación de uno de esos derechos atenta, precisamente, en contra de la posibilidad de que cada persona pueda llevar a cabo el proyecto de vida que se trace, cuestión que sin lugar a dudas ocurre en Catar, solo basta con ver la advertencia publicada en la cuenta de twitter @RYRQatar. Estamos seguros que esa advertencia se convertirá en arbitrariedades sobre las que hablaremos sin cesar en los próximos días. Realmente esperamos que los amantes de la libertad repudien un mundial marcado por el desconocimiento de los derechos humanos. ¡No podrán imponernos costumbres contrarias a la naturaleza humana!

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• El devenir de la justicia. Leer.
• Cuatro historias distópicas. Leer.
• Lucha contra la corrupción. Leer.
• Anuario sobre Buena Administración. Leer.
• Todos iguales – Harrison Bergeron. Leer.
• Humor negro institucional. Leer.
• Decidir y argumentar sobre derechos. Leer.
• Nihilismo jurídico: ¿Y el derecho? Leer.
• Revista de Derecho Público 171-172. Leer.
• La genialidad de Escohotado. Leer.
• Anuario AVEDA 2021. Leer.
• ¿Capitán América o Capitán Libertad. Leer.
• La lucidez de un nonagenario. Leer.
• Tres libros contra el colectivismo. Leer.
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